Tema 2: La competencia lingüística


A partir de los 5 años de edad, los niños ya adquieren un dominio del lenguaje, a lo que denominamos su lengua interna o competencia lingüística/gramatical. Esto se produce debido a la capacidad innata de la facultad del lenguaje y a la exposición del individuo al entorno lingüístico, lográndose así desarrollar un sistema de conocimiento interiorizado, el cual nos permite tanto producir y comprender un número infinito de oraciones que son gramaticalmente correctas, como distinguir aquellas que no lo son, es decir, aquellas agramaticales. 

En otras palabras, podríamos definir la competencia gramatical como el conjunto de conocimientos integrado por las distintas unidades y reglas combinatorias que articulan la variedad lingüística y que, por tanto, nos permiten crear secuencias correctas fonológicas, semánticas, morfológicas y sintácticas. Estos niveles de representación son psicológicamente reales y universales.

Al uso de esta competencia se la denomina actuación, aunque lo cierto es que esta está siempre en constante funcionamiento, debido a que se trata de un conocimiento tácito, del que el hablante no es consciente, y operativo, puesto que somos capaces de hacer uso de ella sin conocer sus mecanismos de funcionamiento.   

Sin embargo, cabe destacar que la competencia lingüística/gramatical no tiene en consideración muchos aspectos interpersonales, resultando así ineficiente para el uso del lenguaje, ya que no contempla la importancia de la adecuación al contexto comunicativo. Es imprescindible conocer cuáles son las pautas y reglas de comportamiento verbal si queremos que nuestro lenguaje resulte apropiado a la situación. Para ello, existen competencias como la pragmática y sociolingüística.

La suma de todas estas competencias, que recogen tanto las reglas gramaticales como el uso de la lengua en el contexto social, se denomina competencia comunicativa. Siendo así esta una macrocompetencia que permite a los hablantes a actuar comunicativamente de forma eficaz  y adecuada  ante cualquier situación concreta. Dado que en esta competencia son necesarias una serie de habilidades y destrezas, podemos determinar que esta no es innata.

Además, la competencia comunicativa está constituida por cuatro componentes, siendo estos: la competencia lingüística, encargada de las reglas gramaticales; la competencia sociolingüística, relacionada con la adecuación al contexto; la competencia discursiva, encargada de la formación de textos coherentes y completos; y la competencia estratégica, responsable de suplir carencias y lograr una comunicación efectiva.


Durante las sesiones impartidas realizamos varias actividades que podemos destacar.

La primera de ellas consistió en un pequeño ejercicio sobre la alternancia de códigos. Para realizar este ejercicio, primero tuvimos que leernos un texto de Dussias y Guzzardo Tamardo, quienes nos hablaban de este tema y, concretamente, nos explicaban una clasificación fundamental de estas alternancias, en función de si ocurren a nivel interoracional o intraoracional. Posteriormente, tuvimos que analizar una serie de frases en las que se presentaba alternancia de códigos entre el inglés y el español, teniendo nosotros que clasificarlas en base al tipo de nivel al que pertenecieran. 

Otra actividad que realizamos fue relacionada con el trastorno del espectro autista y como este afecta a la estructura de la lengua, es decir, qué delimitaciones lingüísticas poseen las personas con TEA. Para realizar esta tarea, primero tuvimos que leernos un texto de Tordera Yllescas, para, a continuación, poder conectar las ideas del texto con los contenidos del tema, especialmente con las subcompetencias lingúísticas y los distintos niveles de representación. 


Por último realizamos en clase, por equipos, un mapa conceptual sobre el Real Decreto 1630/2006 de las enseñanzas mínimas del segundo ciclo de Educación Infantil. Concretamente, nos centramos en los objetivos y contenidos del área de "Lenguajes, comunicación y representación". Para el desarrollo de este, tuvimos que llevar diversos materiales como cartulinas, tijeras, pegamento o rotuladores, entre otros.

En otra sesión, dedicamos un rato a la exposición de nuestros mapas conceptuales, teniendo que explicar porqué decidimos realizar en el nuestro de la forma en la que lo hicimos, es decir, cual era nuestra principal idea a la hora de su desarrollo.  

Como conclusión, tras haber finalizado este tema, me gustaría decir que me ha resultado bastante llamativo el hecho de que la competencia lingúística y la competencia pragmática sean independientes la una de la otra. Yo siempre asumí que la competencia lingúística era lo mismo que la comunicativa, pero gracias a este tema he podido percatarme de que esto no es así, ya que esta última es una macrocompetencia que engloba a todas las demás, mientras que la primera no. Respecto a las actividades, me gustaría añadir que me ha resultado especialmente curiosa la que trataba sobre los niños con trastorno autista, puesto que creo que como docentes que abogamos por una educación inclusiva, es fundamental conocer cuales son las delimitaciones que puede ocasionar este tipo de trastorno.  

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